jueves, 16 de diciembre de 2010

Recuerdos

Un mal recuerdo invadió mi cabeza. Apenas fueron unos segundos, pero parecieron interminables.
Una y otra vez, la imagen de aquel hombre aparecía y desaparecía. La presión del cuello volvió y cerré los ojos para controlarme. Tenía ganas de llorar, de gritar y soltar todo el miedo que sentía dentro, de que parara todo. La presión aumentó y una sarta de voces se agolparon en mi mente, confundiéndome y asustándome más.
Rogué con toda mi alma que aquello terminara y, por fin, la presión desapareció y con ella el recuerdo de aquel temido hombre de años atrás.

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