lunes, 17 de enero de 2011

Niñez

Una simple pelota saltarina o un simple pompero, hacen volar mi imaginación haciéndome creer que tengo seis años, que todo va bien y que no importa nada más que estallar las pompas de jabón.


Desearía volver a tener seis años. Pero no desearía tenerlos siempre, porque, en ese caso, no podría razonar de la manera que ahora lo hago y no podría tener los amigos que tengo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario