domingo, 25 de diciembre de 2011
Dieciocho
Nunca imaginas cuál va a ser la última vez que lo veas, la última vez que podrás escuchar su risa, la última vez que podrás sentir sus cálidas manos aferrando la tuya.
Solo quedan fotos, algún que otro vídeo y tristeza; mucha tristeza.
Siempre esperas a que alguien te diga que es una broma, que él está esperando escondido en el baño para darte un susto cuando los nervios te revuelvan el estómago.
Nunca es tarde, dicen. Mentira. Ahora, es tarde.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Sin título I
martes, 15 de noviembre de 2011
El vestido azul

martes, 18 de octubre de 2011
Una. Una palabra comenzó a amargar mi día.
Pero luego vino su sonrisa, como si hubiera oído el quejido sordo de mi mente, para socorrerme y para despejar la tristeza.
No sé por qué, pero no funcionó del todo.
Quizás por lo que pasó después, quizás porque no quise hacerme ilusiones con su brillo angelical.
Quizás...
Quizás no pueda avanzar más y tenga que quedarme aquí sola.
Me da miedo eso. Me da miedo estar sola, sin nadie que me susurre al oído antes de ir a dormirme, sin nadie...
domingo, 16 de octubre de 2011
martes, 11 de octubre de 2011
viernes, 7 de octubre de 2011
Fuck
lunes, 3 de octubre de 2011
Trazos de una historia II
Sin dejar de mirarle, le escupí a la cara. Su reacción no fue inmediata, pero no me sorprendió. Se abalanzó sobre mí tirándome al suelo, en cuanto caí cogí impulso con las alas y le arrojé varios metros, haciéndole chocar contra el foco. Las cadenas y otra decarga me frenaron al intentar rozarle con las uñas.
Vi cómo se levantaba con gran torpeza y asombro. Por primera vez pude verle la cara: ojos azules, nariz pequeña y unos labios atravesados por una cicatriz, desde el pómulo derecho hasta el maxilar inferior izquierdo. Era un hombre de mediana edad con pelo corto y oscuro.
El foco se apagó y volví a quedarme sola. Me arrodillé para intentar razonar lo ocurrido y trazar un plan de huida.
Hacía décadas que los ángeles habíamos decidido vivir entre los humanos para conocer su forma de ser, sus costumbres e intentar algo que ellos denominan “sentimientos”.
Al principio solo bajaron unos pocos, pero, tras dos décadas sin ningún resultado, algunos nos unimos a la búsqueda. Lamentablemente, con nosotros bajó un ángel inexperto incapaz de adoptar la forma de un ser humano de manera moderada y, en cuanto lo descubrieron volando entre unos rascacielos en busca de uno de nosotros para pedirnos ayuda, nuestra raza fue descubierta.
Comenzaron a correr rumores sobre nosotros, cada uno más irracional que otro. Unos decían que si veías a un ángel volar, éste estaba obligado a entregarte sus alas y sus poderes. Otros afirmaban que si le arrancabas una pluma a un ángel, adquirías sus poderes hasta que la pluma se desintegrase o la perdieras. También se farfullaba sobre que éramos inmortales y que si nos tocaba un humano, éste moría al instante.
Mentira. Todo, mentira.
Es cierto que un ángel en su forma original no puede caminar, ya que las alas le chocarían contra el suelo y es algo molesto y, a veces, hasta doloroso. Pero cuando un ángel se transforma en humano, las alas se vuelven invisibles e intangibles; como si no existieran.
¿Poderes? ¿Desde cuándo? Si los ángeles tenemos poderes, ¿dónde están los míos?
¿Y qué es eso de la inmortalidad? ¡Ojalá! Vivimos más tiempo que los humanos, casi cuatro veces más suponiendo que la esperanza de vida sea de 90 años en todo el mundo, pero eso no nos convierte en inmortales.
De repente una idea acude a mi mente para escapar de allí: transformarme en humana de poco sirve, pero así, a lo mejor, no me afectarían las descargas. Podría recuperar mis fuerzas y romper las cadenas una vez vuelva a mi forma original.
No tardo en comenzar mi transformación, pero una descarga más fuerte y prolongada que las anteriores, lo impide.
-De eso nada, ángel –retumbó la risa del hombre-. Vas a tener que ingeniártelas para salir de aquí –apareció ante mí y, con un susurro dijo- viva, claro.
domingo, 2 de octubre de 2011
Noche de Djs
Sí, es cierto que nos conocemos, pero su mirada pedía algo más que un saludo. A lo mejor ese efecto lo causó el alcohol que fluía por sus venas; pero mi cabeza se niega a creerlo.
Es mi ángel. Con quien soñé sin haberlo visto nunca antes. Quien hace que todo a su alrededor pierda importancia.

viernes, 30 de septiembre de 2011
Un día, muchas sensaciones

Hoy me he sentido tan diferente a lo largo del día... He tenido sueño, dolor de cabeza, infinidad de estornudos, rabia, frustración, nervios, náuseas, hambre, calor, cansancio, aburrimiento, alegría, motivación, felicidad al verla, dolor, soledad, tranquilidad, entretenimiento, alivio...
He sentido todas esas cosas y más. Pero me sigo sientiendo vacía, como si la melodía de mi corazón estuviera en pausa, esperando a que se termine todo esto para comenzar de nuevo la infinita y dulce canción.
miércoles, 21 de septiembre de 2011
Cuando el corazón late sin energías
La esperanza se esconde en algún rincón junto con las sonrisas, al parecer las lágrimas custodian el corazón y la tristeza invade mi mente.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Oleada de sentimientos
...
No entiendo por qué me siento así, pero no entiendo cómo me siento. Quiero saltar, gritar, llorar a mi antojo en medio de la calle, hacerme invisible, correr, tirarme al suelo, patalear como una niña pequeña, rasparme las rodillas subiendo acantilados, quedarme debajo del agua durante un siglo entero, enterrar esos recuerdos que tanto daño me hacen, recordar los buenos momentos que olvidé, poner una tirita en cada herida de mi corazón, volver al pasado y evitar aquella tragedia, hacer feliz a mi madre, hacer sentir a mi padre orgulloso, hacer a mi hermana enfadar un poco menos, sentirme guapa por una vez, volver a llorar, abrazarle, saber decirle lo que me gustaría que sintiera por mí, tener alguna habilidad, saber afrontar los problemas yo sola, cantar, cantar bien, tener mi grupo, ser mejor persona, ser lista, tener dinero, hacerle sonreír, ser útil...
Quiero muchas cosas y, por desgracia, todas imposibles.
Take me to heaven for a second
domingo, 11 de septiembre de 2011
lunes, 29 de agosto de 2011
El hijo del jefe
-Identidad, por favor -dijo tras unos instantes de duda.
Mierda. Temía que esto pasara. Mi pase VIP era totalmente falso y no tenía una identidad que confirmara lo contrario. Con un rápido juego de muñecas, me pelo se deslizó hacia atrás, dejando al descubierto la parte superior del vestio. Era un palabra de honor blanco con un cinturón negro, ajuego con el bolso y los zapatos. Los ojos del segurita observaron cada centímetro de lo visible.
-Ahora mismo no llevo mi identificación encima. Si quieres te la entrego luego, después de la fiesta.
Para contener las náuseas y mi cara de asqueo, terminé guiñándole un ojo ladeando la cabeza. Le dediqué otra sonrisa ensayada en cuanto descolgó la cinta de terciopelo que me evitaba el paso.
Subiendo las escaleras a paso ligero, agradecí en mi mente el sujetador de relleno descomunal y los kilos de maquillaje que me aconsejó mi hermana para estos casos.
Avancé por un pasillo con las paredes desnudas y de un tono rojizo hasta llegar a una puerta cerrada. Tras comprobar que no hay nadie a la vista, abro con cuidado. Una vez dentro, un acomodador me pide de nuevo el pase VIP para dirigirme a mi asiento. En la sala hay en total veinte filas, todas numeradas y en cada fila hay diez asientos que parecen realmente cómodos. El escenario ocupa casi la mitad de la sala y consiste de un telón rojo y una gran tarima de madera.
Ya sentada, me preguntó qué espectáculo tendré que soportar durante casi tres horas. Y entonces es cuando recuerdo el porqué de todo esto: sonsacar información al hijo del jefe de mi madre. Al parecer trabajaban en un proyecto peliagudo y mi madre necesitaba saber más de aquello.
Acariciándome la mejilla izquierda con dos dedos para disimular, giré la cabeza ligeramente hacia el mismo lado. Unas siete personas más allá, estaba él. Vestido con esmoquin gris antracita y con el pelo revuelto, un chico de unos veinte años se mordía el labio inferior, como impaciente a que empezara el espectáculo. Él era mi objetivo.
Las luces se atenuaron, dando el comienzo de la función. Cruzando las piernas, me enderecé en mi asiento a tiempo para ver los primeros personajes salir al escenario. En cuanto unas voces estridentes retumbaron en mis oídos, supuse que era una ópera; así que me acomodé mejor y dejé pasar el tiempo.

Cuando quise darme cuenta, ya habían pasado casi dos horas: me había quedado embobada viendo el espectáculo. Al volver la cabeza, mi corazón se descontroló por completo: el chico no estaba. Busqué sus grises ojos entre la gente de mi alrededor, pero sin éxito alguno.
-Disculpe -susurré a la señora que estaba a mi lado-. Perdone que la moleste pero, ¿ha visto cuándo y a dónde se ha ido el muchacho de ahí?
Mis esperanzas se desvanecieron en cuanto negó frunciendo el ceño. Con un suspiro, me levanté para dirigirme de nuevo a la salida.
martes, 23 de agosto de 2011
Trazos de una historia I

La habitación estaba oscura y en ella flotaba un aroma parecido al anís. No recordaba por qué estaba allí y menos quién me había encadenado los brazos al suelo. Sentí una descarga eléctrica recorrer parte de mi cuerpo, desde los brazos hasta la cabeza pasando por las alas.
Un enorme foco me alumbró directamente obligándome a entrecerrar los párpados y a apartar la mirada con brusquedad.
-Increíble –escuché la voz de un hombre detrás del foco-. Llevas más dos semanas aquí dentro y sigues viva.
Hubo una pausa acompañada de unos pasos que se dirigían hacia mí. Bajé la mirada con un leve gruñido.
-Pelo largo y blanco perfectamente liso –comenzó a describirme el hombre con un tono paternal que me producía náuseas-, uñas afiladas que pueden cortar cuellos, piernas delgadas pero con una fuerza impresionante, unas alas… ¡Preciosas! ¿Blancas, quizás? Yo diría que tienen un tono gris oscuro –sentí su mano recorrer mi ala derecha-. Eres un ángel perfecto.
Terminó arrancándome una pluma del ala. No pude evitar un pequeño quejido por el dolor. Las plumas del ángel son muy valiosas entre los humanos debido a su rareza y, según ellos, porque atribuyen poderes extraordinarios. Pobres ingenuos.
-¿No hablas? –pasó la pluma por mi rostro, obligándome a mirarle- Eres el ángel más bello que he visto en todos estos años y, sin duda, el que tiene las plumas más largas de todos.
Estiró el brazo para depositarla sobre una caja de cristal que sostenía otro hombre de mediana edad, calvo y con gafas de cristal grueso; desapareció enseguida en la oscuridad con la pluma. A continuación se arrodilló ante mí acercándose peligrosamente hacia mis labios.
-En dos días como mucho serás mía, ángel.
viernes, 19 de agosto de 2011
Make your dreams come true
Ese sueño que aparece un día sin más, pero es igual de importante que los otros.
Ese deseo a cumplir tu sueño, por muy lejano que parezca.
Ese sentimiento que sale desde tu corazón hasta la yema de tus dedos cuando consigues tu sueño.
martes, 9 de agosto de 2011
Riots in London / Disturbios de Londres
I see cars burned, burned houses, broken windows, people running and screaming ... It is chaos!
I pray that Londoners are OK. I pray that the people I know there is unharmed (Shauna, Greg, Mickey, Dan, Sam, Beth ...)
#PrayforLondon
Veo coches quemados, casas quemadas, escaparates rotos, gente corriendo y gritando... ¡Es un caos!
Rezo para que los londinenses estén bien. Rezo para que la gente que conozco de allí esté ilesa (Shauna, Greg, Micky, Dan, Sam, Beth...)
#PrayforLondon
lunes, 18 de julio de 2011
#100
100 ideas plasmadas en estas entradas
100 lágrimas con cada una de ellas
100 sonrisas que acompañan a cada letra
100 imágenes buscadas
100 borradores para hacer la entrada perfecta
100 horas buscando inspiración
sábado, 16 de julio de 2011
Happy B-day, Itachi!
miércoles, 13 de julio de 2011
Ser estúpida, es decirme la verdad a lo suave
La cabeza va a explotarme de tanto llorar, de tanto pensar en él.
Es raro que no sueñe con él, pero más raro fue el sueño de ayer:
"Estaba con él y llegó su novia. Él se levantó para darle un fugaz beso en los labios (cosa TOTALMENTE normal entre NOVIOS), pero de repente unos celos y una rabia me invaden y quiero matarla poco a poco hasta conseguir que él me ame de verdad"
...
Quiero matarme después de ese sueño.
NUNCA he sido celosa. Repito: NUNCA.
Él la quiere a ella, no a mí. ¡PUNTO!
¿Qué te pasa corazón? ¿Por qué haces de algo un mundo cuando no llega a ser una montaña de un grano de arena? ¿No te das cuenta de que sufrimos ambos si sigues diciéndome que sienta eso por él? ¿No quieres que él sea feliz? ¿No quieres que yo sea feliz?
De él no tiene por qué depender mi estado de ánimo.
martes, 12 de julio de 2011
And chances fade even more
I used to think that there is little hope that you were mine, but today, that hope vanished completely.
He loves
I cannot remember ever you wanted me.
I can remember how you kiss her and jealousy and anger torture her in my mind slowly. Very slowly to feel what it is to suffer.
I know that I'm not your girlfriend, perhaps because of distance or because I can't be your special girl.
Still my mind can not take out your picture, I can not imagine a kiss from you, I can not stop listening how you sing me on a winter night ...
Always together. You and
lunes, 11 de julio de 2011
Soñar también es posible, pero doloroso
-Lo siento -dijiste una vez separados mientras te secabas los ojos y secabas mi hombro con tus dedos.
-¿Por qué lloras?
-Por nada.
-¿Y por qué no lloras?
Una leve sonrisa apareció en tu triste rostro. Te sentaste en el alfeizar de la ventana.
-Es una bobada.
-No puede ser una bobada si te hace llorar.
Permanecimos callados unos segundos hasta que, con un suspiro, comenzaste a hablar.
-Estoy enamorado.
-Oh -me impresioné; nunca hubiera imaginado que llorara por eso- ¿Y es bueno o malo ese amor?
-Malo -se te entrecortó la voz-. Vivimos muy lejos.
-Bueno -me senté a su lado-, si ella te quiere de verdad la distancia no importa. Siempre os podéis ver de vez en cuando.
-Es demasiado lejos. Y no sé si ella me quiere, al menos como la quiero yo a ella.
-Pregúntaselo. Estoy seg...
-¿Me quieres?
El corazón me dio un vuelco de repente. Tus ojos verdes me miraban a la espera de una respuesta. Nunca te había dicho que le quería, al menos no de aquella forma. Pero sí, te quería. Te quería mucho. Mi corazón te hizo un hueco cuando escuché tu voz por primera vez unos meses atrás.
No sabía que decir. ¿Me preguntabas aquello para ponerme aprueba? ¿Sabías que yo estaba enamorada de ti?
-¿Me quieres? -repetiste algo más bajito.
-Sí -susurré apenas dejando que acabaras de hablar.
Me bajé del alféizar y anduve con la intención de irme. La madera crujía bajo mis descalzos pies y el frío envolvía mi piel.
No tardé en sentir el calor de tus dedos sobre los míos y la suavidad de una caricia en mi cintura. Mis pies se detuvieron al instante, sin yo tener que ordenarles nada. Mi cuerpo giró para no darte la espalda.
Nuestros ojos se encontraron: ya no llorabas, pero un brillo de tristeza se podía apreciar todavía en tu mirada. Acercaste su cara a la mía para intentar besarme.
-No puedes besarme -miré hacia otro lado.
-¿Por qué? ¿No me quieres?
-Te quiero. Te quiero mucho. Pero si me besas... Todo cambiará. La gente se enterará y querrá apartarme de ti. Y eso sí que no podría aguantarlo.
Haciendo caso omiso de mis palabras, me giraste la cara colocando dos de tus dedos en mi barbilla y me besaste.
Sin poder evitarlo, dos lágrimas recorrieron mis mejillas.
-Te quiero -me susurraste-. Y eso es para mí más que suficiente razón para tenerte junto a mí.
jueves, 7 de julio de 2011
Siempre, siempre y siempre
Son las personas que siempre están ahí, las personas que muestran verdadero cuidado con mis problemas y a la hora de decir todo.
miércoles, 6 de julio de 2011
martes, 5 de julio de 2011
Depresión estúpida
Sé todo eso. Pero no sé por qué me afecta saber que es verdad todo eso. Saber que es de otra y no mío, saber que nuestros labios nunca encontraran el calor del otro.
Odio a mi mente por hacerme creer que es posible. Odio a mi corazón por ese sentimiento hacia él.
lunes, 27 de junio de 2011
Por el recuerdo
martes, 14 de junio de 2011
Cuando soñé que eras mío
Habían pasado casi las tres semanas de mi viaje allí y me hubiera gustado estar así desde el primer momento, pero me alegro de que, al menos, sucediese.
Era un día nublado, pero no hacía frío. Estábamos mi amiga y yo sentadas en un banco de un parque cantando una canción de uno de nuestros grupos favoritos e imaginándonos cómo sería estar con ellos. Y, entonces, aparecieron.
De repente dos chicos (uno rubio y el otro moreno) nos contemplaban en silencio sonriendo: la canción que sonaba era de ellos.
El final... ¿Qué se puede decir?
Quedaban a penas unos días para coger el avión de vuelta y todas aquellas risas, todos aquellos momentos pasados... quedarían solo en la memoria, como un recuerdo lejano que hace daño al pensar que no volverán a suceder.
Estábamos en la playa. Habíamos decidido ir ya que el tiempo había mejorada un poco con respecto a la temperatura.
Debían de ser poco más de las ocho de la tarde, ya que el atardecer no se veía en el horizonte y la tarde comenzaba a refresar.
Con un estornudo por mi parte, él advirtió mi piel erizada por el frío. Sentí sus brazos rodearme para darme algo de calor.
Tras el abrazo, divisé a una parejita: ella le rodeba a él con los pies por la cintura y sus muslos descansaban gracias a las manos de él.
Entristecida por saber que ningún chico iba a poder cogerme en brazos a mí así y menos el chico rubio que me había abrazado segundos atrás, me di la vuelta para irme a casa.
Justo cuando di el primer paso, el corazón se me rompía lentamente pensando en cómo sería el contacto de sus labios. Y, de pronto, mis dudas se despejaron.
Con un leve tirón de mi hombro, el chico rubio consiguió darme la vuelta. Frente a frente y antes de cerrar los ojos, pude ver que estaba nervioso.
Fue un beso suave, delicado y algo dudoso.
Quizás el primer beso fue el mejor de todos. Pero el último, hacía caer mis lágrimas por mis sonrojadas mejillas: llegaba el momento de partir, de irme a más de tres mil kilómetros lejos de él.
Por suerte, ese beso, no sería el último.
Por desgracia, solo fue eso: un sueño.